Por Signus Hakudoshi
Advertencia, la siguiente historia es real, se recomienda discreción.
Esta es una historia que me pasó a mí, no fueron historias ni relatos ajenos, pues lo que vi y sentí fue tan real que posiblemente hubiera muerto.
Esta historia sucedió hace ya 17 años, cuando cursaba el 2° grado de secundaria, en este momento tengo ya 30 años de edad y aún sigo sin saber qué fue lo que ocurrió, aun lo recuerdo con claridad y dudo mucho que pueda olvidarlo hasta el día en que muera, muchos no me creyeron e incluso cuando lo contaba a alguien más lo hacían en forma de historia mas no como un hecho, pues yo mismo como dije nunca supe que sucedió, en fin, La escuela organizo una salida general a un campamento a las afueras de Guanajuato, donde las momias y demás monumentos estaban a solo 20 min de distancia, todo parecía un viaje normal, yo nunca fui de muchos amigos, pues siempre fui tímido, en el camión que la escuela rento me toco ir junto a un compañero el cual inmediatamente se fue con su grupo de amigos, y me quede solo, esto nunca me afecto así que para pasar el tiempo me coloque mis audífonos con música pop de ese tiempo, varias horas después una de las maestras que nos cuidaba nos dijo que ya casi llegábamos al centro de Guanajuato el cual teníamos que cruzar para llegar al campamento donde nos alojaríamos, por lo que saque mi cámara, era una automática canon de mi papa, el cual dudo en prestarme ya que no era una cámara sencilla, así que con cuidado la saque de su estuche y coloque un rollo fotográfico nuevo, comencé a sacar unas cuantas fotos hasta que llegamos a una zona a las afueras, fui ahí que entramos a lo que parecía una reserva ecológica, esta se llama “Cuenca de la esperanza”, a la entrada el camino no cuenta con pavimento y para cruzar se tiene que pasar por un camino de un solo carril el cual es una presa, era medio día cuando llegamos y el paisaje que se notaba era increíble, pues al fondo de dicha presa los árboles se veían vivos y el agua parecía cristalina, como un lugar que te invitaba a nadar en el para refrescarte en un verano caluroso, por lo que saque varias fotos en lo que el camión cruzaba, al final de ese puente nos desviamos al fondo de dicha lugar a los pies de la presa, donde por fina arribamos al campamento, al bajar del camión nos reunieron y los guías nos dieron indicaciones sobre el comportamiento dentro y fuera de las cabañas y el comedor, así como las áreas cercanas, al final nos mencionaron que las salidas nocturnas del dormitorio estaban prohibidas pues al ser una reserva federal había animales salvajes y se podían presentar ataques de los mismos, una vez termino la explicación nos asignaron una cama en la cabaña designada, así que cada quien acomodo sus pertenencias, todas las camas eran en litera de 2 camas la cabaña era un poco grande pues constaba de 12 camas, en la entrada se encontraba el baño junto a las regaderas, en medio las camas y al fondo un cuarto pequeño para el maestro que nos cuidaría, por suerte me había tocado con los compañeros con lo que me llevaba bien, una hora después salimos y nos dirigimos al comedor, para finalmente casi al anochecer salimos del campamento nuevamente para visitar la ciudad de Guanajuato, al pasar por la presa saque mi cámara para sacar fotos de aquella hermosa vista, pero cuál fue mi sorpresa!, este se veía muerto, con árboles secos al fondo y el agua se veía sucia, un aire melancólico y lúgubre se nota, así como un aire pesado, de igual forma saque fotos para compararlas una vez revelara el rollo, el viaje fue increíble pes visitamos varios lugares como el famoso callejón del beso, y los guías nos llevaron a varias “callejoneadas” las cuales son visitas por diversas calles y relatan historias sobre ellas, para las 9 pm regresamos, cenamos en el comedor y nos fuimos a las cabañas, como jóvenes que éramos, no nos dormimos inmediatamente así que empezamos a bromear y contar historias, la media noche nos había llegado y el sueño comenzaba a ganarnos, por lo que poco a poco fuimos siendo menos los que aun seguíamos despiertos, yo fui uno de los que se fue a dormir, era una noche gélida por lo que dormí con mi chamarra puesta, pero cuando comenzaba a quedarme dormido escuche pasos en el techo de la cabaña, creí que eran aves, ardillas o algún otro animal, pero el sonido no concordaba con ninguno de ellos, más bien sonaban como pisadas con botas de cuero tipo la era colonial, desconcertado mira al techo tratando de saber su ubicación, fui ahí que note que en lo alto el techo contaba con pequeños ventanales de unos 15cm de alto y al ancho del techo, pocos minutos después el sonido dejo de escucharse y cuando nuevamente me acostaba para dormir uno de los compañeros me llamo y comenzó a temblar, preguntándome si lo había escuchado, fue ahí que verifique si era real, estábamos hablando cuando otro chico hablo brinco de su cama y empezó a llamarnos, todos corrimos y cuando llegamos con él, nos señaló al techo en los ventanales donde dijo muy asustado que vio a alguien pasar, después de eso nos costó mucho trabajo volver a dormir.
A la mañana siguiente parecía que podíamos olvidar lo que paso pero para nuestra fortuna solo fue el inicio de aquello, llegando al comedor no comentamos nada a nadie solo nosotros lo sabíamos, pero cuando estábamos por terminar el desayuno varios chicos de otras cabañas se nos acercaron y preguntaron algo temerosos y confundidos si habíamos escuchado pasos en el techo o si habíamos visto algo, esto nos helo la sangre pues nunca dijimos nada y todo parece indicar que paso en todas las cabañas, nos miramos unos a otros y todos aceptamos que había ocurrido, más tarde volvimos a la ciudad para visitar más lugares, esta vez fueron las momias, y el algunas minas, con respecto a la presa siempre tomaba fotos cuando salíamos por la mañana y cuando volvíamos por la noche, las 3 noches siguientes no ocurrió nada, todos creíamos que un posible animal había llegado al campamento y eso lo había causado, pero fue el penúltimo día cuando todo empeoro, pues esta vez no salimos, los guías nos pusieron actividades dentro del campamento, aquí había un pequeño rio que bajaba de la presa pero que ya no pasaba agua y por ende la tierra y maleza se hacían presentes, para cruzarlo y llegar a otra área destinada a las fogatas se tenía 3 formas, la primera bajar al rio y cruzarlo, segundo cruzar por un grueso tronco en el cual solo pasaba una persona, y tercero por un puente de madera, fue aquí cuando todo comenzó a empeorar, pues algunos chicos que cruzaban sobretodo de noche afirmaban que sentían un aire lúgubre y oscuro, al grado de erizarles la piel, pero nadie tomo conciencia de ello pues pensaron que era normal por tratarse de un bosque solitario, esa noche nuevamente se escucharon pasos en el techo y no solo eso esta vez todos vimos los pies de alguien, inclusive esta vez escuchamos los gritos de las chicas de las otras cabañas, el maestro que en noches anteriores no había escuchado o visto nada por estar en un cuarto aparte esta vez escucho los pasos y salió inmediatamente, hablándonos para que nos despertáramos, pero nosotros ya estábamos fuera de las camas, incluso creyó que le habíamos jugado una broma, pero nuestros rostros le hicieron cambiar de parecer, por lo que los reunimos y dormimos todos juntos en un solo espacio.
El ultimo día comentamos lo sucedido inclusive preguntamos a los guías y estos nos dijeron que posiblemente había sido un zorro que bajo del cerro, pero esto no nos concordó pues un zorro no tiene pies humanos y mucho menos usa botas, el ultimo día antes de irnos fuimos al varios museos y minas, así como el monumento al Pípila donde nos tomamos una foto grupal, llegada la noche al pasar por la presa me dispuse a verla aun consternado por los cambios, pero esta vez era diferente, una aura malévola se sentía por lo que no tuve el valor de verla y cerré las cortinas de la ventana del camión, llegamos al comedor cenamos y salimos al patio a realizar la última actividad del viaje, donde se realizaron varios juegos al final nos reunimos para una gran fogata, pero el exceso de soda me provoco querer ir al baño, por lo que cruce el gran tronco con mucha facilidad me dirigí a los baños del comedor para darme cuanta que el baño de los hombres no tenía luz y la única que se veía era el reflejo de la luna que entraba por las pequeñas ventanas, un poco te temor me abordo así que regrese al comedor y fui con la mujer que estaba de guardia, pero cuál fue mi sorpresa que estaba dormida y por más que la llame nunca despertó, así que me arme de valor y entre al baño, al entrar del lado izquierdo se encontraba un gran espejo rectangular y del lado derecho estaban los mingitorios y al fondo las tazas, así que rápidamente aborde los primero tratando de no pensar en nada más para salir lo más pronto posible, pero ese fue mi gran error… un escalofrió recorrió mi columna vertebral, y sin querer gire mi rostro a la izquierda donde estaban los cubos de las tazas, fue ahí que los vi… eran las siluetas de varios monjes que se encontraban curvados y que caminaban uno detrás de otro, al momento mi cuerpo se paralizo del miedo pero alcance a girar la cabeza hacia el lado opuesto para ver si no era un reflejo de afuera o una broma, pero cuando mira a la pared otra fila de siluetas de monjes se habían aparecido, haciendo sobra donde no la había, un nuevo escalofrió recorrió mi columna, intente salir lo más rápido posible pero todo fue en vano, cuando gire y quede frente al espejo, este no reflejaba nada, como si fuera un gran hoyo negro, y sin que pudiera procesarlo de forma inmediata una sombra del tamaño de un niño salió de uno de los cubos y corrió a la salida, mis pies no se movían, y cuando por fin con mucho esfuerzo logre moverme el espejo nuevamente reflejó pero en él, se notaron las sobras de aquellos monjes que seguían desfilando uno tras de otro, al intentar salir sentí como si alguien me sujetara de los pies, de la chamarra y del cuello, fue el metro y medio más largo de toda mi vida, ya que realmente me esforcé para salir, inclusive tuve que sujetarme de la puerta para hacer el último impulso, una vez que pise fuera del baño mi cuerpo instantáneamente se liberó y pode moverme libremente, por lo que corrí lo más que pude, llegue a ese gran tronco y al subirme… nuevamente sentí esa gran presión, la cual esta vez no me dejo moverme o siquiera hablar, pues mis compañeros estaban a pocos metros de mí, pero no pude llamarlos, como si alguien tapara mi boca y a la par sujetara mis pies para no dejarme mover, podía retroceder sin ningún problema, pero no podía avanzar, por lo que me baje del tronco y me dirigí al puente de madera, el cual aparentemente si pude cruzar, cuando me encontraba justo por la mitad de este, nuevamente me sujetaron de los pies y el cuerpo y fue en ese momento que sentí como una gran y maligna presencia me atravesó, no pude ver nada pero lo que sentí no tiene palabras para describirlo, era como si era gran presencia transitara por el rio a través de mi cuerpo el cual parecía minúsculo ante su presencia, solo fueron unos segundos y una vez esto termino, pude moverme nuevamente con total libertad, y corrí con mis compañeros, los cuales al verme exaltado me preguntaron qué había ocurrido, y me dispuse a contarles todo lo ocurrido, esa noche no pude dormir bien, me desperté en varias ocasiones, no me bañe a la mañana siguiente y desayune muy poco, antes de irnos regrese al baño y pude sentir aquella abrumadora aura, entre y pregunte si se necesitaba algo o podía ayudar, después de que dije estas palabras el aura se redujo y mi miedo disminuyo, como si pasara de estar al acecho a descansar y estar menor tenso, no recibí respuesta pero el ambiente se relajó, inclusive parecía haber más luz, salí más calmado y antes de subirnos a los camiones me acerque a uno de los guías y fue ahí cuando por fin nos contó, la presa había sido construida por el pueblo para guardar el agua de las lluvias y evitar la escases, pero la gente era mala y comenzó a matar a las personas, mujeres, niños ancianos, y para desaparecer los cuerpos los arrojaban a la presa y estos se iban al fondo, muchas veces la policía envió buzos para recuperarlos pero inclusive estos terminaban muriendo al fondo por las yerbas que había y no los dejaba salir a flote, así que muchos cuerpos seguían dentro de la presa, por ende se clausuró dicha presa y quedo en el abandono, una vez escuchado esto regrese al gran tronco y pensé en todas aquellas almas que seguían ahí, pero y los monjes?, que tenían que ver?, fue en ese momento que al ver hacia el rio seco pude ver los rostros de aquellos que estaban sufriendo y habían sido asesinados en el pasado fue algo escalofriante pues era de día y nunca creí que eso pudiera pasar, inclusive cuando llame a un compañero este me dijo que no veía nada, así que lo vi y me retire, me subí al camión y trate de olvidar lo que había ocurrido, días después lleve a revelar los rollos que tenía para ver las fotos pero cuando llegue el encargado me dijo que si había hecho algo con el rollo antes de entregárselo, lo cual me extraño porque no había hecho nada, pues la cámara era automática y al momento de sacar la última foto este se regresaba solo y podías sacarlo sin que sufriera daño, cuando pregunte qué había ocurrido, me entrego un sobre con varias fotos dentro pero al sacarlas, todas estaban veladas, mi rostro confundido le pregunto si no había cometido algún error, pero cuando me entrego las demás fotos de otros rollos descubrí que las únicas fotos que se dañaron fueron las que saque dentro del campamento, sobre todo las de aquella presa, todas y cada una de las 36 fotos se habían perdido, por lo que nunca pude comparar los cambios que ocurrían, la única foto que se salvo fue la última, una que saque junto a mis compañeros en aquella fogata, de aquella noche donde creí que moriría.
Por ultimo hace apenas un par de años, visite una señora que dicen es espiritista, cabe aclarar que siempre he sido escéptico, a pesar de todo y por mis creencias, siempre trato de buscar un sentido razonable a lo ocurrido, esto no deja de lado que sepa que aún hay cosas que no se pueden explicar con la ciencia, por lo que al llegar con esta señora llegue poco creyente, la cual me vio fijamente, cuando he hablo me dijo que la ropa que llevaba opacaba mi aura pues me gusta verter de negro y dijo que esto opacaba lo que era, yo crédulo pregunte y que era?, ella me miro y comenzó a decirme algunos datos sobre mí, a los cuales en mi mente creí, eso es notorio para alguien que observa mucho, después en el momento en que lo pensaba me dijo que aunque no le creyera por ser engreído ella me diría lo que soy, después dijo ciertos datos que nadie conocía, y que muy difícilmente alguien conocería, pues no lo demostraba, después de que esto sucedió comencé a creerle un poco más, aquí fue donde me dijo que era un alma vieja y que por eso siempre buscaba respuestas, dijo que una de mis cualidades, eran los portales, lo cual no entendí bien a que se refería, cuando le pregunte, no me quiso decir, solo me dijo con tono serio, -“Te recomiendo que nunca estés en un cuarto a oscuras y que este tenga un espejo ”-, inmediatamente recordé lo que hace años me había ocurrido y la sangre se me helo, ya no pregunte pero por su mirada estoy completamente segura que lo sabía, esto me regreso a la mente lo que de niño me paso y por eso quiero compartirlo, para saber si alguien más ha vivido algo similar, gracias por escuchar mi historia, espero tú seas de aquellos que me creen y de no ser así espero haya sido una buena historia.
Saludos especiales para Signus Hakudoshi, gracias por compartirnos tú impresionante historia.
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